¿Acepto que lo único que me va a salvar es la gracia misericordiosa de Dios
y mi fe en el sacrificio de Jesús, quien aceptó libremente su pasión,
crucifixión y muerte para librarme de mis culpas y pecados? Señor, dame la fe
que tú quieres que tenga. Tú eres el Señor y yo el siervo, hágase ante todo tu
santa voluntad. Jesús en Ti confío. Concédeme realizar las obras de
misericordia y vivir de acuerdo a tu santa voluntad como expresión de la fe que
me has regalado. Mándame a tu Santo Espíritu y concédeme ser fiel y dócil a sus
inspiraciones. Que mis obras de caridad y de justicia sean manifestación de mi
fe y de mi relación personal con Jesucristo.
Mi aceptación de la gracia de Dios y de mi relación personal con Jesús
incluye una fe humilde, confiada, valerosa y obediente a las enseñanzas de la
Iglesia fundada por Él; una fe íntegra y total (sin excluir lo que pueda ser
incómodo para mí) en las enseñanzas del Papa y los obispos. Esas enseñanzas de
la Iglesia están en el Catecismo, en la Biblia y en el Código de Derecho
Canónico.
Sé que Dios me concede abundantes gracias a las que yo tengo que
corresponder lo mejor que pueda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario